Crear una experiencia gamificada implica comprender la psicología, mecánica y estética de la teoría de juegos. En este proceso, se deben considerar muchas variables, como en qué medida se adapta a tu público objetivo, cuán precisa será la comprensión e interpretación del mensaje que deseas transmitir, qué herramientas puedes usar para obtener un resultado óptimo y cómo mantener el juego competitivo y divertido. Además, una vez que la experiencia haya terminado, deseas que tu audiencia piense y hable al respecto, e incluso los motives a interesarse, investigar y reflexionar sobre el tema en su tiempo libre.